GONZALO M. BORRÁS GUALIS, por Manuel Siurana Roglán
Gonzalo Máximo Borrás
Gualis nació en
Valdealgorfa, en el año 1940. Su abuelo era de Fórnoles. Gonzalo se crió
durante algún tiempo en Peñarroya y pasó breves temporadas vacacionales en
Valderrobres, acompañando a su familia, ya que su padre estuvo destinado
durante unos años como oficial de la Guardia Civil en nuestro pueblo.
Se doctoró en Historia del Arte. Temporalmente fue profesor
en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde tuve la suerte de conocerle y de
ser su alumno, pero muy pronto regresó a la Universidad de Zaragoza, donde ha
ejercido la docencia hasta su reciente jubilación. Lo que no ha impedido que
siga ejerciendo como profesor emérito en la “Universidad de la Experiencia”.
En todo ese tiempo compaginó las clases con las tareas de
investigación, tanto individual como colectiva, formando parte de diversos
equipos de trabajo y destacando en muchas áreas de investigación, especialmente
en los campos del arte mudéjar y andalusí, de Goya y de la historiografía
artística; impulsando y participando en múltiples encuentros científicos y
escribiendo cientos de artículos y decenas de libros que sería muy prolijo
enumerar.
Su activismo cultural, su reconocido prestigio y su capacidad
de trabajo le llevaron a ser nombrado director del Instituto de Estudios
Turolenses y posteriormente de la Institución Fernando el Católico de la
Diputación de Zaragoza. También ha sido Director del Instituto de Estudios
Islámicos y de Oriente Próximo, Director del Proyecto Museográfico del Espacio
Goya del Gobierno de Aragón, Patrono de la Fundación Museo e Instituto Camón
Aznar de Ibercaja y figura imprescindible para el desarrollo del Centro de
Estudios Mudéjares de Teruel.
Su compromiso social y su aragonesismo le llevaron
tangencialmente al mundo de la política, siendo miembro del antiguo Partido Socialista
de Aragón y candidato al Congreso por la provincia de Teruel en las elecciones
constituyentes de 1977. En 1979 fue candidato independiente en las listas del
Partido Comunista de España al senado y al ayuntamiento de Zaragoza, donde fue
nombrado teniente de alcalde. Años más tarde, junto a otros amigos como José
Antonio Labordeta, ingresó en la Chunta Aragonesista y volvió a presentarse a
las elecciones municipales de Zaragoza.
Como profesor ha dejado una huella imborrable en todos sus
alumnos, tanto por su bonhomía como por su capacidad didáctica. La mayor parte
de los actuales historiadores aragoneses del arte hemos pasado por su aula.
Sus libros y artículos son de consulta obligada para los investigadores,
tanto por su destacada aportación teórica y metodológica, como por las
referencias bibliográficas que aportan.
Como político se caracterizó por algo tan difícil en ese
microcosmos como son la honestidad y la coherencia.
Su prestigio cultural es inmenso y muy pocos aragoneses
pueden presentar un currículum como el suyo. En 2002 fue elegido para acompañar
a sus Majestades los Reyes en su visita a nuestra comarca.